Aquí
tenemos otra medida perversa e inhumana:
El Ministerio del Interior reintroduce las cuchillas en la verja de Melilla.
Desde que el pasado 31 de octubre leí esta noticia no he dejado de pensar en
ello. Al parecer, la presión migratoria sobre Melilla y en menor medida sobre
Ceuta, ha incitado a Interior a tomar unas medidas disuasoria que el anterior presidente
José Luís Rodríguez Zapatero se comprometió a quitar en 2006 después de haber
ordenado su colocación un año antes. Debido a los profundos cortes, infecciones
e incluso algunas muertes que provocaron en los subsaharianos que trataban de
entrar en la ciudad autónoma escalando la verja, y a las protestas de ONG
españolas e internacionales, en 2007 las lesivas cuchillas tuvieron que ser eliminadas.
Ahora, seis años después, la Delegación
del Gobierno del PP anuncia el inicio de las obras en la frontera: en el
plazo aproximado de un mes se habrá aplicado de nuevo el mismo procedimiento infame,
salvaje y xenófobo de la reintroducción de cuchillas en el perímetro de Ceuta y
Melilla. ¡Vergonzoso! Usar esas concertinas o cuchillas, para semejante fin es de
una crueldad que no tiene nombre. Una auténtica salvajada propia de seres sin escrúpulos,
sin empatía y sin muestra alguna de amor al prójimo. Como española me avergüenza
formar parte de una nación que es capaz de usar estas técnicas maquiavélicas
para hacer sufrir a otros seres humanos.
Si actualmente es del todo ilegal la
cacería (o defender la propiedad privada y el ganado) con métodos dolorosos
como cepos o trampas tenazas ¿cómo es posible que se utilicen con seres humanos
métodos igualmente dolorosos como son las cuchillas camufladas? ¿Qué medidas
serán las siguientes? ¿Vallas de alto voltaje? ¿Francotiradores? Con qué
estupor nos contemplarán las futuras generaciones cuando miren hacia atrás.
Las organizaciones
con responsabilidades de control de fronteras han
de ejercer sus funciones, me diréis. De acuerdo. Pero deberían de ejercerla con
plena garantía de los derechos humanos. Si la causa de los flujos
migratorios es el hambre y la desesperación por tener una vida mínimamente digna
en el país de origen ¿no es de lógica que busquen otra salida? ¿No es eso lo
que a través de la historia se ha venido haciendo en todos los países y
continentes de este planeta? En sus intentos por lograr una vida mejor no sólo
se ven enfrentados a éste primer mundo despiadado sino a las mafias que se
dedican a organizar los viajes clandestinos y que trafican con sus deseos y
sueños cobrándoles abusivas sumas de dinero y sometiéndolos a transportes que
comportan un riesgo enorme. Y me pregunto: ¿es la solución a éste drama la doble
verja que rodea Melilla, la alambrada encubriendo cuchillas o la posterior
devolución a los países de los que huyen
despavoridos de las hambrunas y demás calamidades? ¿Creen los políticos que
elevando la verja y camuflando cuchillas se acaba con el problema? ¡Qué ilusos!
Invierten unos 30 millones de euros politica.elpais.com en la instalación y elevación de la verja de
tres a seis metros, más lo que inviertan ahora con la reintroducción de las
cuchillas, y según el proyecto de Presupuestos
Generales del Estado, en 2014 la política de cooperación al desarrollo volverá
a sufrir un nuevo recorte por la crisis. ¿Tiene lógica? ¿Es que no entienden
que mientras persista el subdesarrollo extremo y la enorme brecha entre los
países ricos y los países pobres, estas personas seguirán arriesgando sus vidas
a cambio de una posibilidad, entre miles, de poder cambiar su situación?
El pasado 3 de octubre nos impactó profundamente
el terrible naufragio de Lampedusa. Un barco con unas quinientas personas procedentes
de Eritrea y Somalia que naufragó ante
la costa de la isla italiana de Lampedusa. Entre muertos y desaparecidos, unas
trescientas cincuenta personas. Lo más terrible y denigrante, que algunos
barcos de pescadores oyeron gritos de auxilio y lo ignoraron por miedo a ser
castigados por la actual legislación italiana aprobada en 2008. El viernes por la tarde, solemnemente, el primer ministro
de Italia, Enrico Letta, anunciaba que todos los fallecidos en el naufragio
tendrán derecho a “funerales de Estado” y recibirían la nacionalidad Italia. Y
justo, a la misma hora, la fiscalía de Agrigento (Sicilia) acusaba a los 114
adultos rescatados de un delito de inmigración clandestina, que pude ser
castigado con una multa de hasta 5.000 euros y la expulsión del país. ¡Es
inaudito! ¿Puede existir mayor hipocresía? ¡Dios qué falta de coherencia y de lógica! Qué vergüenza
de la Europa que deja morir en el mar a los que huyen de la guerra o el hambre.
Este hecho me confirma sin lugar a duda, que vivimos
en un mundo de inconscientes; en un mundo desmedido de necios y mentecatos
El problema de la
inmigración que hoy es inevitable y que en un futuro próximo no hará sino
crecer, no podemos ni debemos verlo cruzados de brazos. Tenemos que hacer oír
nuestra voz de denuncia ante tantas injusticias como se están cometiendo; actuar
activamente para que nuestro país y la Unión Europea no aflojen su política de
cooperación al desarrollo ni su política integral hacia África; seguir
promoviendo la integración y plena ciudadanía de los recién llegados, y reclamar
la recuperación del derecho a la asistencia sanitaria a toda persona, con
independencia de su situación administrativa. No podemos ni debemos permitir
que mueran personas por falta de asistencia médica como ha sido el caso de
Piotr Piskozub, un ciudadano polaco que tenía solo 23 años y que falleció víctima
de una situación de no acceso a sus derechos humanos cuando hacía cola para
recibir el almuerzo en un albergue de Sevilla. Piort había pasado la noche en el Servicio
de Urgencias con una importante dolencia, y no se le dejó ingresado. Varias
horas después Piotr fallecía aquejado de una neumonía, según reveló la autopsia.
El cuerpo de Piotr pesaba 30 kilos al morir. ¿Cómo es posible que en una
sociedad llamada democrática en sólo dos años se deteriorase tanto la salud de
éste joven? ¿Dónde estaba la
protección y el soporte de la administración pública? Piotr vino a éste país en
busca de una vida mejor y se encontró con la muerte. Una muerte política, una muerte que se podía haber evitado. En principio los periódicos no le ponen nombre, es un
“indigente”. Y este término nos descarga de responsabilidad y pasamos página.
Si esta sociedad se mide en cómo trata a sus más desfavorecidos, me pregunto:
¿qué clase de sociedad estamos construyendo?
Promovamos el derecho de las
personas a la libre movilidad como establece la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. Y levantemos nuestras voces por un mundo compartido, sin muro.
Un mundo digno para la humanidad.
Maite García Romero
5 comentarios:
Magnífico artículo querida. No sé que mundo es este y se necesita muchas voces como l a tuya para denunciar todas estas barbaridades; pero creo que por el momento por mucho que se diga, todos estos políticos están deshumanizados y no servirá de mucho (pero hay que intentarlo)
Por supuesto que no, que no se acaba con este problema instalando concertinas. Es un parche tan grande como querer acabar con la prostitución poniendo multas, solo que mucho más sanguinario y deshumanizado. Pero en política pocas veces se atacan los problemas en su raíz, pocas veces se coge al toro por los cuernos.
Tú, en cambio, lo haces muy bien. Estupendo artículo, Maite
Tienes toda la razón Maite, este mundo cada vez más está pidiendo a gritos un cambio, pero un cambio de consciencias humanas, de ver a través de los ojos del otro...un cambio de luz.
Pero levantémonos como haces tú y denuncias esta barbaridad, salgamos a la calle para decir ¡¡basta!!.
Enhorabuena por éste articulo Maite, pone la piel de gallina, parece el argumento de una pelicula de terror. Cómo se puede llegar a ésta aberración, que deshumanización, no nos podemos quedar con los brazos cruzados. Gracias Maite por éste gran articulo, un abrazo.
mª pilar
24-Noviembre-2013 - 12:31 pm
Leyendo el grito que clama Maite G. R. Tengo la necesidad de ponerme a su lado y elevar la voz junto a ella.
Y pienso a la vez: ¿Qué está pasando que no salimos todas las personas a la calle, y ponemos a estos nuestros gobernantes en alerta total y absoluta, si siguen oprimiendo a su pueblo mientras ellos…(muchos… demasiados) están viviendo sin pena ninguna.
Mientras las injusticias, las necesidades vitales, el abandono de todo derecho ¡aplastado! la sordera ante tanta necesidad, va creciendo día a día en nuestras calles, casas, trabajos, posibilidades…
¿Cómo seguimos como si nada sucediese?
El hambre no solo fuera de nuestras fronteras (que es vergonzoso) sino en este país nuestro es cada vez mayor; nos atenaza el alma y el corazón, nos paraliza, nos aterra porque nos llega casi al cuello (tengo tres hijos en paro) ¿Por qué seguimos asumiendo que cada día den una vuelta más a la tuerca que han comenzado a utilizar para sacar adelante todos los sin sentidos que nos están amenazando?
¿Qué haremos sin una buena educación, una sanidad ¡saneada! para que llegue a todos en su justa medida (nosotros, tampoco la hemos cuidado muy bien, hemos abusado de ella sin límites) un trabajo justamente remunerado, una vida sencilla y esperanzadora?
Llegaremos donde ellos (los poderosos) quieran dejarnos llegar.
Mientras los pequeños atracadores pasan años en prisión, los ladrones de guante blanco, siguen en el poder, al frente de todo lo que huele a dinero y riqueza a costa de los que siempre callan, aguantan, toleran…
¿Cómo es posible, que el dolor que padecen tantas personas cerquita de nosotros, no nos rompa el silencio y luchemos por un mundo mejor?
Tienes razón Rodrigo: Nos debatimos con contundencia sobre teología, religión, Dios…
González Faus dice: “De Dios nadie puede hablar”
Y ahí seguimos… sin saber de verdad que decimos; la fe o seguimiento de algún mensaje (hay variados) es cosa personal e intransferible y como es lógico, cada cual, desde su comprender, compromiso, seguimiento; tendrá una mirada concreta, y no puede ser de otra manera.
Cada cual puede y debe estudiar aquello que le llama, pero no puede asegurar, prometer, luchar, por el pensamiento de cuantos a lo largo de la historia, lo han ido modificando en su favor:
¡¡¡No en favor del proyecto primero!!!
Para mí, ya lo hizo Jesús en su tiempo; modificó el sentido que los gobernantes le habían dado a la ley y los profetas.
Necesitamos manos y fuerza, para luchar por un mundo más justo y universal; para ello hay que salir del duro capitalismo que reina en estos momentos en el planeta… en algunos lados más que en otros.
mª pilar
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