viernes, 3 de octubre de 2008

LA TRAGICOMEDIA BURSÁTIL

 El primer mundo está padeciendo una gastroenteritis monetaria, causada por el virus “Crac” que desde hace muchos años no había agredido de forma tan virulenta a la banca. Todo parece haberse soliviantado de un tiempo a esta parte; las conversaciones giran en torno al problema y los medios de comunicación alertan del deterioro físico al que se puede llegar si se continúa padeciendo esta descomposición bancaria que acarrea, en muchos casos, un cuadro de ansiedad y una subida de T/A que pone en peligro la vida.
La economía cae en picado y poco pueden hacer los remedios clásicos curativos, contra esta virulenta crisis que está llegando al límite de los recursos financieros. Si en un primer momento el Gobierno de España no se lo quería creer, ahora tiende una campaña ampliamente orquestada para tranquilizar a la población, alegando que es una pandemia poco virulenta y que pasará sin dejar secuelas. Por el contrario, la oposición ardiendo en fiebre, arremete acusándoles de llevar a cabo una mala sanidad financiera, y piden una actuación más decidida. El Presidente del Gobierno a su vez, pide colaboración en vez de críticas. No se puede perder el tiempo en debates ridículos que no llevan a ninguna parte, lo que hay que hacer es colaborar para hallar lo más rápido posible el tratamiento a seguir.

Y mientras Europa se afana en buscar un remedio que frene la pandemia, el presidente George W. Bush, visiblemente desmejorado, suplicaba el día 24 pasado, a los ciudadanos y a los legisladores más reacios a aprobar un tratamiento financiero como medida urgente ante una posible deshidratación económica que acarrearía la más absoluta pérdida de energía monetaria. En un mensaje desde la Casa Blanca, el mandatario señaló que “nos encontramos en una situación urgente y las consecuencias empeorarán cada día si no hacemos nada”. “La economía de Estados Unidos depende de la aprobación del Congreso al plan de rescate por 700 mil millones de dólares — advirtió Bush—. Por eso, si no se actúa de inmediato los estadounidenses podrían caer en un pánico financiero y se desarrollaría un escenario angustioso” Y aunque reconoció que se trata de una gran suma de dinero, no es nada equiparable, dijo con voz calenturienta, al grave problema que enfrenta Estados Unidos.
En la madrugada de ayer (hora española) el Senado de Estados Unidos aprobaba el plan de rescate de Wall Street propuesto por la Administración Bush, que prevé casi medio billón de euros para ayudar a estabilizar la salud de los mercados financieros.

Es posible que con este tratamiento que se pone en marcha, se pueda vencer el daño que ha causado este virus y que todo vuelva a la “normalidad”, como también es posible, porque no, que se caiga en un coma profundo y prolongado.

Como dijo Jean Baudrillard: «Lo interesante en la tragicomedia bursátil de los últimos meses es la incertidumbre en cuanto a la catástrofe. ¿Ha habido, habrá, una “verdadera” catástrofe?» Posiblemente no. Nuestro primer mundo continuará hiperconsumiendo a la vez que celebrando cumbres, campañas y mesas redondas, para seguir debatiendo el problema del hambre en el mundo, que si bien el número de personas hambrientas es de 854 millones, según la FAO, la cifra total de personas que presentan carencias nutricionales severas que les impiden el desarrollo normal de sus funciones vitales alcanza casi los 3.000 millones de seres humanos. Y esto sucede en un planeta que produce un volumen de alimentos capaz de alimentar adecuadamente a 12.000 millones de personas, casi el doble de su población.

. . . . .                                                   Maite García Romero
[Publicado en El Plural.com el 6/10/2008]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si es una crisis que nos impide "hiperconsumir", bienvenida sea. Yo creo que el ser humano tiene lo que se merece y sufre por donde ha pecado. Espero que cuando esta crisis desaparezca -y desaparecerá, de eso que no quepa duda-, desarrollemos un sentimiento de solidaridad hacia esas personas que llevan años padeciendo una cierta crisis miserable. Nuestro problemática económica es ínfima si la comparamos con otros lugares. La desaceleración viene provocada por el excesivo consumismo que hemos abrazado año tras año.
Una crisis que siendo ligermaente ahorradores y previsores, apenas sufriremos.