domingo, 20 de octubre de 2013

Queridísimos políticos


Vivimos en un mundo enfermo cuya sintomatología de contradicción e hipocresía indica el detrimento moral y ético al que se está llegando. Las pérdidas que está causando esta crisis han sido motivadas por el dinero y el capital, pero en mayor medida por la falta de ética y la desvergüenza de quienes han tenido la mayor responsabilidad en este desastre. Vemos cómo se disparan las desigualdades, la pobreza, todas las cargas del desastre económico que vive este país recaen exclusivamente sobre  la ciudadanía, en especial las clases más desfavorecidas, las cuales están siendo sometidas a una presión muchas veces insoportable. Vemos como el Gobierno del PP castiga sin misericordia a los pensionistas, único apoyo de muchas personas sin trabajo y sin subsidio; a los enfermos, a los inmigrantes, a quienes tienen dependientes a su cuidado; vemos cómo castiga las rentas más bajas, a los más indefensos y desfavorecidos, a los más necesitados de protección. Pero ojo, también vemos cómo aprueban una Ley de amnistía fiscal para grandes defraudadores y cómo a los clubes de fútbol se les permite dejar de pagar a Hacienda y la Seguridad Social durante años. Y el colmo de los colmos es que ahora vemos también cómo se persigue y multa a los jubilados retornados de la emigración, para que cumplan con Hacienda.
     Extraigo algunas de las afirmaciones que el presidente Rajoy largó durante la entrevista que mantuvo el pasado lunes día 14 de octubre con el diario austriaco Kurier:   "No sólo condeno la corrupción, sino que también la combato con un plan nacional para fortalecer la Democracia". "Soy consciente de que exigimos sacrificios a los ciudadanos, pero somos cuidadosos de repartir las cargas de forma justa". “El déficit se ha reducido claramente. Se pudo recapitalizar a los bancos arruinados. Las medidas radicales han valido la pena”.
     ¿Creen de verdad los políticos que los ciudadanos somos tan ingenuos? Cada vez que nuestros políticos sueltan una de sus eminentes proclamas, tengo la impresión de que se están dirigiendo a niños de guardería o a tontos de remate. Léase este ejemplo: "Este Gobierno tiene una extraordinaria sensibilidad con la gente, me consta y sé que es el único desvelo que tiene. Hay gente que pierde mucho tiempo hablando y mientras el Gobierno está trabajando", Alfonso Alonso, Portavoz del PP en el Congreso. (elmundo.es)  
     El pasado 19 de septiembre el BOE publicaba una resolución del Ministerio de Sanidad en la que se establece el copago farmacéutico para los pacientes no hospitalizados a partir del 1 de octubre como reforma “necesaria” para la recuperación económica cuando en realidad no es otra cosa que un atentado a los derechos humanos. Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España: “Estamos hablando de violaciones de derechos humanos, no de recortes”. Si no era suficiente lo que hemos tenido que tragar, ahora viene la ministra Ana Mato con este nuevo plan de tortura: los pacientes no ingresados en hospitales deberán pagar un 10 %  (con un máximo de 4,20 euros por envase) por los medicamentos dispensados en las farmacias hospitalarias para tratar enfermedades graves o crónicas como el cáncer, la leucemia o la hepatitis crónica. ¿No resulta paradójica esta medida anticristiana en un partido que se declara abiertamente católico? Eso sí, la ministra  puntualiza: "Aunque un medicamento cueste 3.000 o 30.000 euros o 35 o 43.000 que es lo que cuestan los medicamentos a los que nos estamos refiriendo, ningún paciente –precisó– va a pagar más de 4 euros” (gracias, ministra, es usted muy generosa). Y con esa demagogia tan típica de los políticos que consiste en justificar sus fracasos de tal modo que parezcan incluso triunfos, nuestra cuca ministra replica resueltamente que todas las medidas adoptadas en la reforma sanitaria han tenido un efecto positivo, así como las medidas adoptadas en materia de farmacia con la que se ha logrado en un año más de 2.000 millones de euros (es curioso, cuando el ciudadano mata al toro el político se lleva el rabo y las orejas). Y estas medidas –añadió- se han tenido que  poner en marcha para paliar la deuda de 16.000 millones que los socialistas "dejaron como herencia".
     Sra. Mato, a ver si logro entenderla, ¿está queriendo decir que los sectores más vulnerables de la sociedad son los responsables de la deuda que dejaron los socialistas? Es lo que parece, pues son estas personas quienes en realidad están pagando el pato con esas bárbaras medidas aplicadas desde el pasado año. [Los recortes inhumanos de Cospedal] Y ahí no queda la cosa, no. Es que ahora, pasado un año, y visto el resultado tan positivo que, según usted, se ha obtenido en materia de farmacia, no ha dudado en echar mano también de los enfermos con severo estado de salud para obligarles al copago de farmacias hospitalarias y llenar más rápido las arcas. ¡Qué tremenda carencia de valores humanos!
     Respóndame, ministra, ¿alguna vez ha hecho el pequeño esfuerzo imaginativo de ponerse por un momento en la piel de todas esas familias de niños con cáncer? ¿Se ha planteado que este copago que usted ha puesto en marcha tan alegremente les supone 400 euros mensuales para poder afrontar la enfermedad? Esto ha desatado la indignación en la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer, desde donde lamentan que la normativa publicada en el Boletín Oficial del Estado “perjudique a los niños y adolescentes enfermos de cáncer”, y piden a la Administración que “se tenga en cuenta la vulnerabilidad de este colectivo y se les considere exentos del copago sanitario”. Y recuerda que siete de cada diez familias sufre repercusiones en su vida laboral y que un 30% deja el trabajo para cuidar a su hijo. ¿No le parece una absoluta vergüenza pretender remontar la crisis económica a costa de asfixiar y desangrar a los sectores más indefensos de éste país? Qué fácil es pedir que nos ajustemos el cinturón cuando vosotros respiráis a gusto porque lo lleváis desajustado. Qué fácil es aplicar medidas de recortes cuando vosotros lo más que os recortáis es el cabello o la barba. ¿Recuerdan las promesas de recortes en gastos superfluos que prometió la vicepresidenta del Gobierno Sáez de Santamaría como son los recortes en coches oficiales de hasta un 53 %? Pasado un tiempo vemos que la realidad ha sido bien distinta. Los Presupuestos Generales, presentados hace unos días, demuestra que la partida llamada “parque móvil del Estado” no sólo no descendía el presupuesto para coches oficiales sino que aumentaba de los 41,37 millones de euros en 2013 a los 42 millones previstos para el próximo año. ¿No es un insulto y un total menosprecio hacia los sectores más frágiles de la sociedad este despilfarro de coches oficiales, asesores, dietas, comidas, y tantas y tantas cosas absolutamente innecesarias? ¿No es una burla monumental que la única medida de recorte que se han aplicado los políticos sea la de eliminar la subvención a las bebidas alcohólicas de alta graduación que se incluía en los precios limitados de todos los menús y bebidas en la cafetería y restaurante del Congreso? Pero tranquilos, señores diputados, tranquilos que aún se mantiene la ayuda al vino y la cerveza. (elconfidencial.com)

     Señores del Gobierno, tan afanados estáis en la estrategia de la distracción, la mentira y el “tú más”, que no tenéis o no queréis tener oídos para escuchar el lamento de tantas personas que están sufriendo una pesadilla por culpa de vuestra pésima gestión. Esta crisis no es sólo económica, es principalmente moral: una crisis de honradez, de integridad, de generosidad, de justicia. Una ostensible falta de la más elemental consideración, que pisotea el mínimo de dignidad y respeto que merece cualquier persona.
     “La crisis se utiliza para reforzar el poder económico, pero también está sirviendo para levantar consciencias”, afirmó el obispo Pere Casaldáliga. Una gran verdad. A pesar de este ambiente de total desmotivación y desesperanza que respiramos, existe una ciudadanía combativa que está dando un ejemplo extraordinario de solidaridad con los más necesitados. Por ello mi reconocimiento y adhesión más sincera a todas y cada una de las personas que colaboran con Cáritas, Ángeles de la noche, Acción contra el hambre, bancos de alimentos, las Campañas Un kilo de Ayuda, Comedores sociales, “Entre todos” programa de solidaridad de TVE, etc. etc. Y por supuesto, a La plataforma de Afectados por la hipoteca PAH que tanto han conseguido y están consiguiendo.

                                                                    Maite García Romero