jueves, 8 de marzo de 2012

Día Internacional de la Mujer ¿hasta cuándo?

Caminaba yo la otra tarde por la avenida de Antonio Machado cuando de pronto pasa un coche anunciando por megafonía una discoteca en la que se ofrecía una copa gratis a las chicas que llevasen minifalda. Mientras seguía mi recorrido me fui preguntando como es posible que todavía hoy haya mujeres que sigan viendo esto como un chollo y accedan gustosas a ese reclamo machista. Y me vino a la memoria el cartel publicitario de una discoteca de Granada que en 2009 hizo reaccionar al Instituto Andaluz de la Mujer al mostrar a una chica disfrazada de colegiala para anunciar bebidas gratis a las jóvenes que acudiesen con semejante disfraz, cosa que, por lógica, se asocia con menores aparte de las connotaciones sexuales que conlleva. ¿Por qué –seguí preguntándome- se le sigue permitiendo a las discotecas que aleguen razones de marketing y estadística con este tipo de señuelo discriminatorio?

La cuestión de que las mujeres hayan pagado y sigan pagando menos que los hombres ó que incluso no paguen nada para entrar en una discoteca o se las invite a una copa, es evidente que forma parte del negocio, donde hay mujeres van hombres, eso está claro. Lo que ya no está claro es que la degradación que se le hace a la mujer con esta artimaña, que es propia de otras épocas, se continúe manejando hoy día. La mujer sigue siendo utilizada por el empresario como reclamo y encima con el agravante de que algunos exijan hasta el atuendo que deben llevar. ¿No es con este tipo de acciones como se le sigue inculcando a las/los jóvenes el dominio y la sumisión? ¿De qué hemos logrado liberarnos? No hay duda que se han producido grandes avances hacia la igualdad en los últimos tiempos y estos han afectado de forma especial a la juventud, pero aún continúa prevaleciendo en nuestra sociedad la desigualdad y la violencia de género que nace de ella, y de esto tampoco hay duda.

Uno de los objetivos más cruciales del sistema educativo debería ser la superación del sexismo y la violencia. Aunque claro, llevar a la práctica este principio no es tan fácil. No basta con que la escuela no sea sexista, exige contrarrestar las influencias que provienen del resto de la sociedad (acabo de ver en las noticias de TV al Presidente de la Asociación de la Prensa de Granada, que ayer, durante un acto que se estaba celebrando, se levantó de la mesa, se quitó el cinturón y se dirigió amenazante hacia unas chicas que portaban una pancarta y gritaban a favor de Palestina. Hoy se ha disculpado y ha dimitido de su cargo) erradicando precisamente el tipo de relación basado en el dominio y la sumisión que se ha venido trasmitiendo desde incontables generaciones.

Las mujeres no podemos tolerar en nuestras relaciones tanto públicas como privadas ni una afrenta a nuestra dignidad e integridad. Debemos seguir luchando para erradicar de una vez por toda la lacra social de la violencia sexista. Son terribles, inaceptables las cifras de mujeres asesinadas por sus parejas que se producen cada año y las que ya llevamos en los pocos meses del 2012. ¿Cómo es posible que desde 1945 que se firmó en San Francisco el primer acuerdo internacional para proclamar la igualdad de las mujeres con respecto al hombre aún estemos tan atrasados? ¿Tiene lógica que todas las estrategias, programas, normas y movilizaciones de la opinión pública, no lleguen a conseguir unos mínimos objetivos aceptables? Y a propósito: ¿tuvo lógica que ante estas cifras de mujeres asesinadas que se producen la Generalitat de Catalunya diera carpetazo el pasado año al Programa de Seguridad contra la Violencia Machista? Claro que tenía unos costes, por supuesto, pero también tenía unos beneficios. Con lo cual, esta actuación ¿que me deja claro? Pues simplemente que la prevención de la violencia sexista no es asunto prioritario para los políticos, nada más.

Ante tanta incoherencia y desinterés, ante tanta falta de oportunidades y de igualdad salarial, política y eclesiástica, las mujeres siempre seguiremos luchando y combatiendo día a día todas las actitudes y expresiones que aún subsisten de discriminación por razón de sexo. Las políticas de igualdad entre seres humanos nunca son un obstáculo sino la base de la democracia y la seguridad de un pueblo. Tengámoslo en cuenta.

Quiero expresar mi solidaridad y mi apoyo a las valientes mujeres de Oriente Medio que han sido protagonistas de las revueltas pero no de los derechos. Que muchas han sufrido hostigamiento, acoso, torturas y otros malos tratos relacionados específicamente con su género. Y que como ha declarado Widney Brown, directora general de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional “En todo Oriente Medio y el Norte de África las mujeres son una fuerza inspiradora para el cambio al haberse alzado contra regímenes represivos para defender derechos humanos fundamentales y promover la reforma y la igualdad”.

                                                                           Maite García Romero

8 comentarios:

Federico dijo...

Muy buen artículo, como todos los tuyos.
Mis felicitaciones.
Federico.

Sara dijo...

¡Cada vez me gustan más tus artículos! Desde luego, para la clase política no es prioritario el promover la igualdad, tanto unos como otros siguen alimentando, por ejemplo, una televisión pública que destila machismo por los cuatro costados (me refiero a Andalucía). Y con respecto al sexismo en las escuelas ya lo has dicho tú todo... Y maravillosamente, por cierto.

Un afectuoso saludo.

Mark de Zabaleta dijo...

Muy buen artículo. Posiblemente el fondo de este tema esté en la educación que reciben los niños desde su infancia, la imagen familiar que perciben en su casa esos jóvenes adolescentes...unos valores fundamentales que, desgraciadamente, no son impartidos en muchas sociedades.
Un cordial saludo

E. Zaitut dijo...

Somos todas y todos los que debemos esforzarnos para que esta desigualdad, distinción entre hombres y mujeres desaparezca. Desde la familia, la política social que se proponga, hasta el propio lenguaje que se utilice.
Un buen post
Un saludo

Modesto Vegalonso dijo...

Suscribo todo lo que dices y os animo a que las que estáis luchando por abolir el sexismo de nuestra sociedad sigáis en ello, porque has citado unos ejemplos que no se deberían tolerar. Pero lo malo es que en esa lucha siempre existirá el inconveniente de que haya mujeres, como tú dices, que secunden tales actividades.
Yo tampoco descarto, e hice lo que pude cuando podía hacerlo, que en los centros de enseñanza se trate de fomentar la autentica igualdad, pero pienso como tú que la familia juega un papel fundamental.
Y hay que seguir peleando porque, aunque es difícil, es preciso reconocer que la visión social que había hace cincuenta años no se parece en nada a lo que hay hoy.
Un abrazo Maite

Manuel Ángel dijo...

maite: yo creo q el dueño de esa discoteca solo intentaba seleccionar su clientela. me explico: si él consideraba q iba a tener mucha más aceptación su local lleno de chicas banales, facilonas, q no piensen mucho pues las elige q enseñen sus lindas piernas y apetezcan una "copita" porque no tienen algo de más valor esas atraen más al hombre q solo trata de pasar un ratito lo mas agradable posible y sin más compromiso. por supuesto q las hay q tienen las piernas bonitas y usan minifaldas, pero más inteligentes y no creo q gusten de esos eventos con esos reclamos, así todos contentos. el problema es de educación tanto de la mujer como del hombre y ahora eso de la educación con la derecha en el poder tendrá q esperar, lo tenemos más difícil: habrá q esperar al menos 4 años. felicidades y ¡¡¡a seguir triunfando.

nocheinfinita dijo...

Buen artículo. Seguiremos luchando.

Un abrazo

Antonia dijo...

Acabo de leer el artículo en el diario la torre digital. Valores, estamos olvidando los valores, los que se enseñan desde la infancia, desde la familia, y prioritaria mente desde la mujer, desde nosotras. Como no tengo suficiente espacio pues sería largo de contar únicamente quiero decir que, si no aprendemos a respetamos justo al principio de una relación y decimos NO, de nada sirven los consejos de después.