sábado, 20 de septiembre de 2008

CON UNA OPÍPARA CENA SE CIERRA LA CUMBRE SOBRE EL HAMBRE EN EL MUNDO (Qué indecencia)


Sí, exactamente, una indecencia me parece el atracón que se dieron Bush, Merkel, Brown, Berlusconni, Sarkozy, Furkida, Harper y Medvedev, como cierre a la primera jornada del encuentro.

¿Tanto desgaste sufrieron estos representantes de los países más ricos del mundo analizando la pobreza en África y las devastadoras consecuencias de la escasez de alimentos que mata de hambre a millones y millones de personas? Puede que sí ¿quién sabe?, tampoco es cosa de ponerme ahora dura y crítica. No, ni hablar. Yo tengo que reconocer, y por lo tanto reconozco, lo duro que tiene que ser soportar tantas horas clavados en un sillón con el culo ya acorchado, el pinganillo clavándosete en las orejas, las ganas de orinar, y por si fuera poco, esa humedad de Tokio que quiera que no te hace sudar como un besugo. Y todo esto es incomodo, eh, un fastidio. Por eso, por eso mismo puedo entender que tuviesen durante la cena ese gesto como de gozo, de regodeo, de complacencia por haber cumplido con una importante labor humanitaria. Y por eso entiendo también que al final, con los estómagos atiborrados por los veinte platos de “delicatessen”, y un reprimir de los gases que amenazaban con salir, todos puestos en pie levantaran las copas y brindaran por su buen hacer.

¿Qué esta opípara cena a nosotros nos parece una provocación? ¿Qué más bien lo que celebraban era su incapacidad para cumplir los compromisos de ayuda al desarrollo? ¿Qué quizás no son ellos los que mueven los hilos del mundo sino las grandes multinacionales? ¡Yo qué sé!... Ya en 1812 Meyer Amschel Rothschild, uno de los más grandes banqueros de la historia, dijo: “Permitidme fabricar y controlar el dinero de una nación y ya no me importará quién la gobierne”. Actualmente sólo hay que echarle un vistazo a El Sistema de Reserva Federal de EE.UU. y nos daremos cuenta de quien maneja a quien.

En definitiva, me pregunto: ¿esta cena ha sido una indecencia o más bien inconciencia? Tendré que meditarlo más despacio…



Maite García Romero

No hay comentarios: